Orinar en la piscina puede ser tóxico

Un estudio realizado en Beijing certifica que cuando elementos como el cloro y la orina entran en contacto se generan sustancias que pueden ser nocivas para nuestra salud. 

14 ABR 2014 · Lectura: min.
Foto: Piscinas Pool Star
Existen un sinfín de aspectos por los que el correcto mantenimiento de una pileta puede verse afectado. Sin embargo, aunque muy pocas personas lo acaben reconociendo, lo cierto es que orinar en la piscina se ha convertido en una práctica algo habitual.

Además de tratarse de un factor poco higiénico, en la actualidad existen algunos expertos y estudiosos que están preocupados por los efectos nocivos que este líquido interno puede provocar al mezclarse con la cloración de la piscina, generando así dos compuestos muy nocivos para nuestra salud.

Beijing, en el centro de la investigación

Un estudio llevado a cabo por Jing Li, de la Universidad de China, y Ernest Blatchley, procedente de la Universidad de Perdue, en Estados Unidos, certifica que cuando elementos como el cloro y la orina entran en contacto se generan otras sustancias como el cloruro de cianógeno y la tricloramina, que pueden resultar dañinas para nuestro cuerpo.

La investigación, iniciada en la capital china y publicada en la revista de la Sociedad Americana de Químia, la Environmental Science & Technology, señala entre los resultados extraídos por el estudio que el 93% del ácido úrico encontrado en las piscinas procede de la orina, que por cada micción deja en el agua entre 27 ml y 217 ml de pis.

Cloruro y tricloramina, dos elementos tóxicos

Para llevar a cabo dicha investigación se realizaron una serie de experimentos sobre el agua, disolviendo lejía y recreando sobre la mezcla el sudor y la orina humana, que constituyen dos de los fluidos más peligrosos que genera nuestro cuerpo al contener urea, aminoácidos y nitrógeno.

Transcurridos los primeros 60 minutos ya pudieron observarse síntomas negativos, derivados de la aparición de sustancias volátiles como el cloruro de cianógeno (CNCl) y el tricloruro de nitrógeno (NCl3). A grandes rasgos, éstas resultan tóxicas para el hombre porque se depositan sobre la superficie del agua y afectan a órganos como los pulmones y el corazón, además de poder llegar a dañar el sistema nervioso central.

Reducir la toxicidad de este tipo de sustancias es cuestión de higiene y mantenimiento, ya que aumentando las dosis de cloro utilizadas podría disminuirse la presencia nociva de los compuestos perjudiciales para nuestra salud. Sin embargo, sería mucho más recomendable que los propios bañistas adoptaran una actitud responsable, asumiendo que de su comportamiento ante el agua de la piscina dependerá la salubridad de su baño diario.

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