¿Qué hacer en caso de frío extremo?
Artículo revisado por el Comité
Durante el invierno, cuando las temperaturas bajan, nuestra piscina puede congelarse. Una capa de hielo puede formarse en su superficie. Te decimos qué puedes hacer para evitarlo.
El invierno está en pleno apogeo; las temperaturas son sumamente bajas, y en algunos puntos descienden aún más. El agua de la piscina corre el riesgo de congelarse. Por ello, queremos darte algunos consejos para evitar los problemas ligados a las heladas.
¿Haces un invernaje pasivo? ¿El motor de la piscina está parado durante el invierno y cuentas con una cubierta para su protección? ¿El sistema de filtración funciona bien? Si las respuestas son afirmativas, no tienes nada que hacer, salvo esperar a que llegue el verano para volver a disfrutar de la piscina.
¿Has optado por hacer un invernaje activo? ¿El sistema de filtrado sigue funcionando, aunque no está a pleno rendimiento, como durante los meses de verano? Si en la zona en la que residimos se produce un descenso drástico de las temperaturas, es menester que activemos el sistema de filtrado para que el agua circule durante las 24 horas. De este modo, evitaremos que el agua se congele. Si el agua llega a congelarse, aumentará de volumen, presionará las tuberías y estas se romperán debido a dicha presión. La consecuencia más evidente es que, cuando pasen los meses más fríos y se descongele el agua de las tuberías, habrá que cambiarlas y reparar lo que se haya estropeado. Para que eso no pase, es importante que mantengamos funcionando el sistema de filtración, ya que la circulación del agua hará que no se congelen las tuberías y nos ahorrará disgustos.
Con el sistema de filtración funcionando, se puede formar una capa de hielo más o menos gruesa en la superficie del agua. No rompas el hielo, porque se forma más hielo y ello podría causar problemas mayores en la piscina: el agua liberada al romper el hielo vuelve a congelarse cuando entra en contacto con el aire frío y se vuelve a convertir en hielo. Recuerda que el agua congelada presiona las paredes de la piscina y ello podría provocar la aparición de grietas y fisuras, problemas en el revestimiento e incluso un mal funcionamiento de sistema de filtrado.
De este modo, en el instante en el que las temperaturas suban, será posible reanudar el invernaje activo y mantener la filtración inactiva.
Para evitar todos estos problemas y tener así que desembolsar un dinero importante para reparar las partes afectadas, es recomendable que, si la piscina se encuentra en un lugar propenso a las heladas y a las temperaturas extremas, invirtamos dinero en instalar un sistema de detección de heladas. No conlleva mucho gasto y su instalación es bastante sencilla. Se activa cuando la temperatura exterior desciende de manera considerable y pone en funcionamiento el sistema de filtración para que el agua circule y no se congele.