¡Atención a las infecciones en las piscinas!

La piscina representa un momento de relax y diversión pero esto puede transformarse en una pesadilla como consecuencia de las infecciones que se pueden contraer en el agua.

16 OCT 2014 · Lectura: min.
¡Atención a las infecciones en las piscinas!
La piscina, en la mente de cualquiera, representa un momento de relax y diversión pero, por desgracia, esto puede transformarse en una pesadilla como consecuencia de las infecciones que fácilmente se pueden contraer en el agua y sus alrededores.

Basta con respetar algunas reglas básicas, sobre todo en las piscinas públicas: usar calzado idóneo, tapones y duchas, así como desinfectarse los pies en las zonas habilitadas antes de sumergirse en el agua. Los gerentes de las piscinas deben efectuar controles periódicos de las instalaciones, monitorizando y controlando los parámetros químicos y físicos del agua, a la par que la pureza del filtro. Siguiendo estas indicaciones, se reduce al mínimo el riesgo de infecciones.

Las infecciones principales que podemos contraer en las piscinas se dividen en 5 grandes grupos:

Virus entéricos, derivados de la ingesta de agua infectada, o de la exposición de la piel a los parásitos presentes en la superficie del agua. Se trata de un virus que causa diarrea y vómitos, caracterizado por un movimiento principalmente asintomático, por lo que es grave subestimar su difusión en el ambiente.

Virus no entéricos, trasmisibles por contacto con las superficies infectadas, como el papiloma, virus que causa la verruga común, protuberancia cutánea de origen viral y de naturaleza benigna. En la mayoría de los casos, las partes afectadas son las manos y los pies, concretamente, el dorso y los dedos de las manos.

Bacterias entéricas, de origen fecal transmitidas por la ingestión, como la salmonella, que puede causar una enfermedad del aparato digestivo conocida como salmonelosis. El contagio viene por contacto directo con alimentos o agua que estén contaminados por heces de las personas infectadas.

Bacterias no entéricas, de origen ambiental transmitidas por inhalación o por contacto con superficies infectadas. La legionella es una infección contraída cuando se inhala agua en pequeñas gotas, contaminadas con una cantidad suficiente de bacterias que provocan infección pulmonar.

Las infecciones por contacto con superficies infectadas causan hongos o estafilococos, afectando, mayoritariamente a la piel, con el crecimiento de forúnculos.

Protozoos patógenos, de origen fecal, son transmitidos por ingestión o por inhalación ambiental, y pueden ser asintomáticos o causar gastroenteritis. A las principales infecciones debemos sumas las contraindicaciones existentes como consecuencia de un excesivo uso de productos químicos en el agua. En el caso del cloro, utilizado para la desinfección, una concentración excesiva puede provocar toxicidad si se inhala continuamente. En las aguas hipercloradas se puede sufrir erosión dental del esmalte o enfermedades pulmonares como asma, aunque es la piel la que absorbe la mayor parte de las toxinas.

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