Cómo mantener nuestra piscina durante el invierno
Artículo revisado por el Comité
¿Qué podemos hacer para no tener que vaciar la piscina tras el invierno? Una correcta invernación evitará gastar agua y dinero.
Para poder disfrutar del baño durante los meses más cálidos del año es necesario realizar unas labores de mantenimiento durante el invierno. A estas tareas, que hacen posible mantener la piscina en perfecto estado para el estío, se las conoce como invernación.
La invernación no es más que la preparación de la piscina para que los meses más fríos no provoquen deterioros en sus instalaciones y hagan insalubre el agua. Los trabajos que requieren son varios. Los más destacados son cerrar las válvulas del limpiafondos, poner los tapones en los skimmers y desenchufar las instalaciones eléctricas. De ello ya hemos hablado en otros artículos. Por eso en este queremos centrarnos en el agua en sí, es decir, en las tareas que debemos llevar a cabo para preparar el agua para el invierno.
Con estos trabajos no solo podremos disfrutar de la piscina en verano, sino que podremos hacerlo de manera económica, sin malgastar agua y respetando el medioambiente. La razón es muy sencilla: evitaremos tener que vaciar el agua de la piscina para llenarla nuevamente cuando se ponga turbia, verde y se llene de algas. Porque con los trabajos de invernación conseguiremos mantener el agua limpia, transparente y saludable para el baño del verano. Y, por tanto, ahorraremos agua y también dinero, a la par que contribuiremos a respetar el medioambiente.
¿Cómo conseguimos mantener el agua de la piscina?
Podemos verter un producto especial para la invernación de piscinas que ayudará a preservar los niveles durante esos meses. En los comercios especializados en piscinas podremos encontrar, además, dosificadores flotantes con alguicidas, floculantes y desinfectantes que mantienen el agua limpia todo el invierno. Estos sistemas de dosificación flotantes pueden ser automáticos, por lo que podremos programarlos para que mantenga los niveles adecuados.
Del mismo modo, podemos optar por un sistema de electrólisis salina durante el tiempo en el cual la piscina permanecerá cerrada al baño. Este sistema es un método natural que, además de ahorrar agua, reduce el uso de productos químicos, lo que, sin duda, ayuda a nuestro bolsillo. Si hacemos uso de la sal (4 gr por cada litro de agua), podremos preservar el agua de manera eficaz y económica.
Limpiando los conductos e instalaciones, tapando los skimmers y cerrando cualquier equipo eléctrico evitaremos que el agua se quede almacenada en esos lugares y deteriore los aparatos, ya sea porque se llene de gérmenes, ya sea porque el frío congele el agua y rompa dichas instalaciones. Con el uso de los dosificadores flotantes, automáticos o de la electrólisis salina conseguiremos que el agua se mantenga limpia y sus niveles estén controlados. Nos quedaría evitar posibles problemas en el vaso de la piscina si el agua se congela. Para ello, bastará con colocar unos bidones en su interior para que las paredes de la piscina no se rompan o rajen por el efecto del hielo.
Una vez realizados estos trabajos podremos relajarnos durante el invierno sin preocuparnos de que el frío, el hielo, el viento y la nieve causen estragos en nuestras instalaciones y provoquen deterioros que afecten a nuestra economía y al medioambiente.