Sácale todo el partido a tu piscina

Hasta ahora, cuando hablábamos de piscinas climatizadas, lo que se nos venía a la mente eran esos espacios, generalmente de carácter municipal, a los que se puede ir a practicar la natación y otras actividades acuáticas durante todo el año.

Ahora es posible trasladar el concepto de climatización a nuestra propia piscina utilizando diversos mecanismos. Lo ideal es pensar en esta posibilidad antes de construir el natatorio de nuestra casa, valorando la idea de hacernos una piscina de obra climatizada, respuesta tecnológicamente más avanzada en el campo del aislamiento térmico. Dotarla de un importante poder aislante hará que las necesidades de climatización disminuyan, con el consiguiente ahorro energético.

Una piscina se climatiza mediante de cuatro formas: calentando el agua de una piscina descubierta, calentando el ambiente en una cubierta, calentando el agua en una piscina cubierta y calentando agua y ambiente en una cubierta.

Existen piscinas climatizadas al aire libre que solo gastan lo necesario para la instalación, pues después el calor lo obtienen por un sistema de abastecimiento energético generado por la captación de rayos de sol. La calefacción se logra a través de un lazo hidráulico.

En el caso de tener una piscina exterior ya construida, el primer paso sería decidir si queremos incorporarle una cubierta. Si la ponemos lo ideal es que sea móvil para que podamos abrirla o cerrarla a nuestro antojo a lo largo del año. Es imprescindible que nos aseguremos de que sea un cerramiento hermético para que no se escape el calor ambiente.

El primer sistema que se utilizaba para calentar el agua era la instalación de un radiador, pero hoy existen bombas de calor (el mismo método que llevan los aires acondicionados) que funcionan con el aire del ambiente y mediante un proceso limpio, ecológico, eficiente y rentable trasmiten el calor de las partículas del ambiente al agua manteniendo su temperatura estable en 28 grados.

Foto: Piscinfo