¿Cómo se hace el mantenimiento de un jacuzzi?

Disfrutar de jacuzzi en casa también exige que se lleven a cabo unas labores de limpieza y mantenimiento especiales que hagan posible el baño sin provocar problemas para la salud.

Los jacuzzis son unas bañeras especiales que están dotadas de un equipo de hidromasaje destinado a conseguir la relajación del usuario y su bienestar. Los chorros de estas instalaciones son muy beneficiosos para combatir el estrés cotidiano, liberar tensiones musculares, fomentar la circulación y conseguir una sensación placentera de relajación y descanso. Además, favorece la eliminación de toxinas y mejora afecciones relacionadas con los sistemas óseo y muscular, como reumas, artritis, dolores de espalda, piernas cansadas o hinchadas, etc.

Da igual que sea hinchable o no. Si tenemos uno en casa, tendremos que realizar una serie de tareas de manera habitual para que el agua del jacuzzi sea apta para el baño. Se trata de que el agua no provoque daños en la piel o los ojos, y que podamos relajarnos sin temor a bañarnos en un agua llena de bacterias. Porque como la temperatura del agua suele ser alta, si la higiene de esta no se controla, puede convertirse en un foco importante de gérmenes.

Como en las piscinas, en un jacuzzi tendremos que prestar atención al pH y a los niveles de cloro, de oxígeno activo o de bromo, según empleemos uno u otro. En este sentido, muchos expertos, y también varios usuarios, aconsejan elegir bromo porque no afecta tanto al deterioro de los elementos del jacuzzi, como sí hace el cloro, y además es sumamente efectivo para desinfectar el agua sin provocar daños en los ojos ni en las vías respiratorias, ni ocasionar picores en la piel. Y encima, no huele.

También el oxígeno activo es útil para conseguir que el agua esté transparente y sea apta para el baño. Además de desinfectar el agua, los tres productos funcionan como potentes alguicidas; su uso asegura que el agua está limpia, y no turbia ni verdosa.

Para medir el cloro o el bromo del agua habrá que usar el kit de medición propio de cada producto y seguir las instrucciones del fabricante. En líneas generales, el bromo debe estar entre 3 y 6 ppm y el cloro, entre 3 y 5 ppm. El oxígeno activo puede emplearse por sí solo, pero también se puede usar junto al bromo. Los tres productos suelen venderse en forma de tabletas o de compuestos granulados.

Respecto al pH, su medición también es similar a la que se realiza en una piscina, por lo que tendremos que aumentarlo o reducirlo si el nivel del pH del agua está por debajo de 7,2 o por encima de 7,6. Para ello, usaremos un reductor o incrementador de pH.

Por último, no nos podemos olvidar de limpiar el filtro del jacuzzi. También aquí se acumulan restos de suciedad del agua. Por tanto, para que haga bien su función es menester limpiarlo habitualmente.

Es importante que todas estas tareas las realizamos diariamente si estamos usando el jacuzzi, o semanalmente durante la época invernal.