¿Cuántos metros de fondo ha de tener mi piscina?
Artículo revisado por el Comité
Ya hemos elegido la forma de la piscina y el lugar donde la construiremos, pero ¿qué profundidad es la adecuada? ¿Qué factores debo tener en cuenta?
A la hora de construir nuestra piscina tendremos que tener en cuenta varios factores: el tamaño, la forma, la orientación, la ubicación… De todos ellos ya hemos hablado en otros artículos, pero ¿qué hay de la profundidad?
Por supuesto, la profundidad de la piscina es igual de importante que la forma o el tamaño, pues permitirá que disfrutemos del baño sin sustos ni agobios, sobre todo si tenemos niños en casa o no sabemos nadar perfectamente. Darse un baño en una piscina en la que no hagamos pie puede suponer un peligro para la familia, además de que nos impedirá practicar juegos con los más pequeños del hogar.
Como es lógico, la profundidad dependerá del uso que le vayamos a dar, de quiénes vayan a bañarse en ella, del tamaño (si solo podemos construir una piscina de pequeñas dimensiones, mejor no hacerla muy profunda) y, obviamente, del terreno que tengamos, ya que, en algunas ocasiones, la profundidad de excavación de la piscina está delimitada.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿qué profundidad sería la adecuada para que podamos jugar con los pequeños, pero también hacer unos largos en la piscina?
Lo ideal es que el tamaño de la piscina, es decir, su longitud, nos permita diseñar un fondo inclinado, con una superficie que oscile entre 0,60 y 1,20 m, en su parte menos profunda, y 1,60-1,80 en aquella de mayor profundidad. Como hemos apuntado, una piscina debe ser un lugar de ocio, para los juegos y el descanso de la familia. Pero también debe ser un espacio para que los aficionados a la natación puedan practicar su deporte favorito. Por ello, esta solución es perfecta para que todos puedan bañarse con tranquilidad, sin agobios por no hacer pie.
Incluso si queremos instalar trampolines o toboganes. Colocándolos en el lugar correcto podremos estar seguros de que no supondrán ningún riesgo.
Existen otras soluciones, como fondos con forma de cuchara o fondo en forma de U, pero la opción inclinada es la más adecuada si podemos disponer de longitud para ello.
Si la longitud de nuestra piscina no nos permite disponer de un fondo inclinado, tendremos que adaptar el fondo plano al uso que vayamos a hacer de ella. Si solo la vamos a usar para nadar, podemos decidir construirla a una profundidad de 1,60 m, incluso 1,80 m si somos altos. En cambio, si el uso será familiar, tendremos que rebajar dicha profundidad hasta 1,20 m, o hasta 1 m, para que también los más pequeños puedan disfrutar del baño sin sobresaltos. Con esta profundidad podremos nadar, tumbarnos a tomar el sol sobre una colchoneta o jugar a la pelota.
En cualquier caso, si tenemos dudas sobre qué opción puede ser la mejor en nuestro caso, podemos ponernos en contacto con profesionales especializados en la construcción de piscinas. Estas empresas analizarán el terreno disponible y plantearán un estudio detallado de nuestro proyecto, con la profundidad apta en función del tamaño, el espacio y nuestras necesidades familiares o personales.