Cómo descubrir y solucionar las pérdidas de agua en la piscina
Artículo revisado por el Comité
El aumento de las pérdidas de agua puede verse reflejado en el consumo, así como en el aumento del uso de productos químicos, incrementando al mismo tiempo el riesgo de dañar la estructura o la instalación del filtro.
El aumento de las pérdidas de agua puede verse reflejado en el consumo, así como en el aumento del uso de productos químicos, incrementando al mismo tiempo el riesgo de dañar la estructura o la instalación del filtro.
Al presenciar un cambio brusco del nivel del agua es aconsejable utilizar un cubo lleno para medir cuanto baja el líquido dentro y fuera del recipiente. Si los niveles son diferentes es necesario acudir a un técnico especializado en este tipo de problemas.
• La cubierta de la pileta;
• La cobertura del tanque de rebose;
• Las tuberías de aducción y desagüe;
• La salida inferior de la pileta;
• Los faros de iluminación de la piscina;
• Las escaleras o las estructuras arquitectónicas internas;
• Las líneas de carga del conducto.
Si visiblemente no pueden localizarse las fisuras y se ha realizado una correcta comprobación de las tuberías para saber a ciencia cierta si existen fugas, es posible que el problema derive de la mala instalación de los accesorios de la piscina. En estos casos, en función del tamaño de la piscina, la intervención será más complicada cuanto más pequeño sea el escape.
Las pérdidas eventuales de agua pueden detectarse con métodos no invasivos, utilizando diversos instrumentos profesionales:
• Localización geofónica;
• Localización hidrofónica;
• Prueba hidrostática;
• Trazado ultravioleta;
• Localización electrónica con micro-corriente;
• Localización con gas;
• Cámara de inmersión con monitor en la superficie;
• Termografía con infrarrojos;
• Vídeo-inspección;
Cuando las piscinas tienen instalado un sistema de llenado automático resulta muy complicado darse cuenta de que existen eventuales pérdidas de agua, motivo por el que se aconseja detener este funcionamiento durante el período invernal.
Es importante no olvidar que, en caso de pérdida, el agua se depositará por debajo de la estructura de la pileta y podrá provocar daños sobre la misma.
Localizar con rapidez las fugas de agua puede evitar la consecución de daños mayores y la necesidad de costosas reparaciones. El grado de evaporación varía en función de la posición geográfica, aunque en los meses de más calor puede llegar a perderse hasta medio centímetro de agua. Si la bajada de agua supera esta cifra debemos empezar a preocuparnos.