La revolución de los aparatos de entrenamiento acuáticos
Artículo revisado por el Comité
Cualquier entrenamiento realizado dentro del agua requiere un esfuerzo seis veces mayor respecto al mismo ejercicio practicado en el gimnasio. Esta intensidad del ejercicio, explica por sí misma el auge que están viviendo estas técnicas para el mantenimiento de una buena forma física.
Además de una mayor intensidad, la práctica del ejercicio físico en el agua tiene otras ventajas. El movimiento del agua masajea los tejidos y reduce sensiblemente el riesgo de fracturas porque se trabaja sin sobrecargar la columna vertebral o las articulaciones. El cuerpo mantiene una postura correcta, con la espalda recta y los abdominales contraídos, de este modo, los ejercicios se efectúan correctamente y resultan más beneficiosos.
Así, más allá de las conocidas tablas de ejercicios para hacer en la piscina, actualmente se ha desarrollado un verdadero equipamiento de aparatos para entrenar en el agua. Uno de los básicos es el patinete acuático, ideal para recuperar y mantener la forma física, así como la flexibilidad articular. Previene los espasmos musculares, activa la circulación sanguínea de las piernas, descontrae, aumenta la flexibilidad y reafirma.
La bicicleta acuática aúna los beneficios del aquagym y del ciclismo. Contribuye eficazmente a la desaparición de la temida celulitis, tonifica la masa corporal magra y elimina la masa corporal grasa, aumenta el rendimiento cardiovascular, amplia la capacidad respiratoria y combate los efectos perniciosos asociados al sedentarismo. Es adecuado para todas las edades y capacidades físicas. Existen varios modelos en el mercado, incluso uno para la práctica en pareja.
Por su parte, las estaciones de entrenamiento en agua son ideales para incrementar la fuerza, favorecer la flexibilidad y proporcionar un entrenamiento cardiovascular adecuado. Proporciona un ejercicio completo con menos tensión en las articulaciones que los equipos de ejercicio sobre tierra (trabaja todos los grupos de músculos).