Cómo mantener tu piscina segura ante el COVID-19
Artículo revisado por el Comité
Este verano atípico debemos seguir una serie de pautas de higiene, desinfección y distanciamiento en las piscinas privadas para poder disfrutar de ellas en un entorno seguro.
A diario recibimos información especializada, por parte de expertos y autoridades, que tratan de conjugar la existencia del coronavirus con nuestra vida diaria, llegando a eso que algunos llaman "nueva normalidad".
No nos engañemos, son tiempos de gran incertidumbre, en los que el COVID-19 ha llegado para quedarse. Por ello es importante conocer esta información y sobre todo ponerla en práctica.
A estas alturas hay manuales y protocolos para casi todas las actividades, sin embargo en el entorno de PISCINAS PARTICULARES hay poca información, por ello pretendemos desde éste artículo, poner algunas cosas claras.
Como hemos indicado, en este artículo nos referimos exclusivamente a piscinas particulares, es decir, aquellas que se encuentran en una vivienda unifamiliar y por ello no están sujetas a la normativa de piscinas privadas de comunidades.
El Ministerio de Sanidad a través de los artículos 44 y 45 de la Orden SND/414/2020, de 16 de mayo, establece las restricciones de ámbito nacional en el proceso de "Desescalada", estableciendo las medidas de reapertura al público de las piscinas recreativas, elaborando junto a las Comunidades Autónomas una serie de recomendaciones para tal fin.
Para entender los consejos que queremos transmitir a través de este artículo, debemos explicar algunos conceptos:
Qué es el COVID-19
El COVID-19 es la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, al que todos hemos llamado "Coronavirus". En realidad se trata de una familia de virus que tienen unas propiedades bioquímicas parecidas y por ende un comportamiento y rutas de transmisión similares.
El material genético viral se encuentra envuelto con una membrana lipídica externa lo que hace que el SARS-CoV-2, el virus responsable del COVID-19 sea de los más fáciles de eliminar.
¿Cómo se transmite el SARS-CoV-2?
La vía de transmisión entre humanos es a través de:
- Secreciones de personas infectadas, principalmente por contacto directo con gotas respiratorias de más de 5 micras (capaces de transmitirse a distancias de hasta 2 metros).
- Por las manos o los fómites contaminados con estas secreciones seguido del contacto con la mucosa de la boca, nariz u ojos.
Dadas las características y las vías de transmisión conocidas para este virus, en el caso de las piscinas, el buen funcionamiento, mantenimiento y desinfección adecuada del agua (por ejemplo con cloro o bromo), deberían ser suficientes para inactivar el virus que causa el COVID-19.
Esto quiere decir que el principal riesgo de las piscinas debido al virus SARS-CoV-2 no es el agua, sino las interacciones interpersonales sin respetar las distancias mínimas de seguridad y no realizar una limpieza y desinfección adecuadas de las superficies.
Dicho esto pasamos a describir qué debemos hacer para convertir nuestra piscina en un entorno seguro frente al COVID-19.
"Un correcto tratamiento del agua de la piscina garantiza la ausencia del virus COVID-19"
En el Agua
Como hemos indicado, siguiendo un esquema de cloración estándar, de los que recomiendan los diferentes fabricantes, podemos decir que el virus SARS-CoV-2 es inactivado en el agua.
Según la Organización Mundial de la Salud, una concentración residual de cloro libre de ≥ 0,5 mg/l en el agua durante un mínimo de 30 minutos a un pH <8,0 es suficiente para inactivar y destruir virus envueltos como el SARS-CoV-2.
Un correcto tratamiento del agua de la piscina garantiza la ausencia del virus COVID-19:
- Mantener el pH entre 7,2 – 7,6
- Mantener el cloro libre residual entre 0,5 y 1 mg/l
- Medir regularmente y ajustar si hace falta
- Disponer de un buen sistema hidráulico y de filtración
- Automatizar la piscina para una mayor tranquilidad
La Comunidad de Madrid recomienda mantener el nivel de cloro residual entre 1 y 2 mg/l, y en el caso de utilizar bromo, entre 3 y 5 mg/l. No obstante esta es sólo una recomendación que dependerá del criterio de cada propietario y el uso que le de a su piscina.
Para obtener el nivel adecuado de cloro libre en el agua de la piscina, se puede utilizar cloro líquido o pastillas de cloro. Es recomendable automatizar el proceso de dosificación y control. Otra buena alternativa es usar un equipo de cloración salina, que genera cloro libre automáticamente a partir de la electrólisis de la sal disuelta en el agua de la piscina.
Si queremos añadir protección extra en la desinfección del agua, habría que recurrir a un sistema de luz ultravioleta. El aporte UV que nos proporciona el Sol (UVC, con un rango de longitud de onda de 200 - 280 nm), es muy eficiente en la inactivación de los virus porque coincide con el máximo de absorción de los ácidos nucleicos (254 nm). Sin embargo, este rango del espectro solar (el UVC) no alcanza la superficie de la tierra al ser absorbido por el ozono de la atmósfera. Del sol llega radiación de longitud de onda superior a unos 300 nm, es decir, parte del llamado UVB (280-315 nm), mucho menos eficaz en la inactivación de los virus.
Hay pocos estudios sobre la inactivación por radiación solar para virus en agua. Este tipo de estudios es complejo y tiene bastantes variables, tales como la irradiancia espectral del sol, la calidad del agua, la presencia de otros patógenos y de materia orgánica natural, las condiciones ambientales, la latitud, época del año, hora, estado atmosférico, etc., por lo que su eficacia, hoy en día, es difícilmente predecible.
Distancia Social
Partiendo de la base de que los usuarios de la piscina son los mismos residentes de la vivienda, se mantendrían las mismas recomendaciones que nos han dado las autoridades, para cualquier otra actividad en la que participen los residentes. Sin embargo si tenemos "invitados" en casa disfrutando de la piscina, hay que guardar algunas recomendaciones extras, tales como:
Mantener una distancia de 2 metros entre usuarios.
Dentro del agua hay que contemplar:
Si el vaso de la piscina está descubierto: 4 m2 de lámina de agua por persona
Si el vaso de la piscina está cubierto: 6 m2 de lámina de agua por persona
Higiene
- Una adecuada higiene personal
- Lavado de manos e higienización con desinfectante antes de entrar en la piscina
- Ducharse antes y después de estar en la piscina
- Lavar los bañadores y las toallas
Limpieza de superficies
Limpiar y desinfectar las zonas exteriores a la piscina aplicando productos especialmente indicados para este uso:
- Escalera
- Barandilla
- Playa o Isla
- Ducha
- Vaso de la piscina
- Skimmer
- Prefiltro
- Otros elementos del entorno de la piscina.
Para prevenir la transmisión del virus por fómites hay que tener en cuenta los estudios sobre su supervivencia en diferentes materiales y los factores ambientales que pueden influir en ella, como son la radiación solar, temperatura ambiental, humedad, pH, etc.
Diversos estudios nos indican que:
- En el acero inoxidable, la supervivencia es de 48 horas
- En el plástico, la supervivencia es de 72 horas (mantenidas las condiciones a 21-23 ⁰C y 40% de humedad relativa)
- En madera, ropa o vidrio, la supervivencia es de 24 a 48 horas