Internet of pools: bienvenidos a las piscinas inteligentes
Artículo revisado por el Comité
La accesibilidad y la interconectividad llegan al sector de las piscinas de la mano del "internet of pools".
En los últimos meses, cada vez son más las noticias que leemos sobre el concepto internet of things como parte del proceso de innovación tecnológica llevado a cabo por muchos sectores. Una de las últimas instituciones en apuntarse a esta realidad ha sido la Asociación Española de Profesionales del Sector Piscinas (ASOFAP), que aborda las ventajas que supone conectar nuestra piscina a internet.
La «piscina inteligente» permite hablar y trabajar sobre la posibilidad de conectar y controlar los distintos dispositivos de la piscina para facilitar las tareas de mantenimiento necesarias para el correcto uso y disfrute de la misma. Pero ¿qué supone realmente aplicar el concepto internet of things a las piscinas?
El concepto internet of things y su aplicación al sector de las piscinas
El internet of things no es más que interconectar distintos aparatos y dispositivos para conseguir que estos sean inteligentes y, por tanto, más eficientes. Esta accesibilidad es posible gracias a los sextillones de direcciones que permite el protocolo IPv6, lo que posibilita la conectividad y la interactuación de manera permanente.
Gracias a este concepto, los profesionales de las piscinas, así como los usuarios que disfrutan de ellas en su vivienda, no solo podrán controlar las piscinas y su mantenimiento, sino que la interconectividad permitirá dotarlas de cierta autonomía e independencia para que sean capaces de regularse por sí solas.
¿Qué es el internet of pools?
Como ya hemos señalado, el concepto internet of things puede convertir a nuestras piscinas en objetos inteligentes, independientes y autónomos. Poder conectar todas las instalaciones de nuestra piscina entre sí por medio de internet hará posible que podamos acceder, de manera remota y en tiempo real, a los dispositivos que las regulan, conociendo de primera mano los niveles de pH o cloro del agua, por ejemplo, y activando aquellos otros que sean necesarios. Pero, además, la automatización determinará que dichos dispositivos funcionen por sí solos, de manera independiente, sin que el usuario tenga que llevar un control sobre el funcionamiento de la depuradora o la aplicación de los tratamientos fitosanitarios para la limpieza del agua.
Por ello se habla de piscinas inteligentes, porque se trata de que sean estas las que funcionan automáticamente. Controlarán de manera independiente los niveles del agua, los regularán cuando sea necesario, automatizarán el funcionamiento la depuradora, señalarán la temperatura o suciedad del agua, etc. Los sensores y dispositivos instalados harán que cada vez podamos dedicar menos horas a las piscinas y más a nosotros mismos, haciéndolas autónomas y, por tanto, mucho más eficientes.