Piscinas seguras para los más pequeños
Artículo revisado por el Comité
Cuando tenemos niños en casa, hay que extremar la seguridad en la piscina.
Aunque aún es pronto para las vacaciones de verano, es recomendable ir organizando ya la piscina para que los más pequeños puedan disfrutar del baño con seguridad. Ahora es el momento perfecto para acometer todas las mejoras posibles y conseguir que nuestra piscina sea segura para los niños.
Hemos de recordar que las piscinas privadas no cuentan con socorristas, por lo que debemos ser cautos a la hora de permitir el acceso a la piscina a los menores. 8 de cada 10 ahogamientos se producen en piscinas particulares, así que toda precaución es poca para minimizar riesgos y convertir nuestra instalación en un espacio de ocio acuático seguro.
Instalar vallas para evitar el acceso a la piscina
Colocar una valla u otro tipo de cerramiento similar impedirá el acceso a la piscina a los pequeños cuando no haya un adulto cerca. Hay dos cuestiones que debemos valorar: la altura que debe tener nuestro cerramiento y cómo tiene que ser la puerta de acceso a la piscina. Con respecto a la altura, no es necesario que elijamos una valla muy alta, de dos metros por ejemplo, pero sí una cuya altura no pueda ser rebasada por los menores. En cuanto al acceso, tendremos que buscar una puerta de acceso que se pueda cerrar y que sea imposible de abrir para los niños. De este modo, aunque no estemos con ellos en el jardín, no podrán entrar en el área destinada a la piscina y sufrir un accidente.
Cubrir la piscina
Si el espacio nos impide instalar una valla o cualquier tipo de cerramiento, podemos optar por cubrir la piscina con una lona. Aunque lo ideal es que la lona se emplee para proteger la piscina durante el invierno, y que se use de manera complementaria a las vallas, puede ser igualmente una manera de evitar ahogamientos.
Hay sistemas electrónicos inteligentes, alarmas que avisan cuando un pequeño se encuentra en los límites de la piscina o ha caído al agua. Puede ser una buena opción que deberíamos tener en cuenta.
Proteger las instalaciones auxiliares
Nos referimos a los tubos de succión o drenaje, a los skimmers, al desagüe, a la bomba… Hay que cerciorarse de que todo el mecanismo que permite que la piscina funcione y esté limpia no se encuentra accesible para los niños. Las consecuencias pueden ser muy graves: desde una rotura de tobillo si corretean por el borde y lo introducen por el sumidero del skimmer hasta peligro de succión si los desagües no están convenientemente cerrados.
Y lo mismo sucede con la zona de la depuradora o la bomba. La puerta debe estar siempre cerrada para que ningún menor se introduzca en el espacio donde la máquina trabaja y pueda sufrir un accidente.
Es menester comentar que la supervisión de un adulto se considera vital para garantizar la seguridad de los menores. Por ello, aunque tengamos vallas, aunque contemos con cubiertas para impedir caídas cuando no es temporada de baño o con alarmas que nos avisen de cualquier accidente, la vigilancia de los progenitores es fundamental para evitar sustos. Incluso si los pequeños usan flotadores, manguitos, churros o cualquier otro elemento que le ayude a mantenerse a flote. Nunca debemos delegar en estos accesorios acuáticos nuestra labor de vigilantes como padres que somos.