La seguridad en la piscina

Cuando hay niños en casa, hay que extremar las medidas de seguridad para prevenir accidentes durante la hora del baño o mientras estos juegan.

2 JUL 2018 · Lectura: min.
La seguridad en la piscina

Apenas hace unos días que abrieron las piscinas y ya tenemos que lamentar la muerte de un menor. Por eso, no nos cansaremos de decirlo: la seguridad en la piscina es sumamente importante, sobre todo cuando tenemos niños en casa.

Los más pequeños son muy vulnerables a los accidentes en las piscinas y requieren de una atención permanente para evitar posibles ahogamientos. De hecho, esta es la tercera causa de fallecimiento entre los menores, por lo que es un aspecto importante al que debemos prestar atención.

A día de hoy la legislación española obliga a determinadas piscinas públicas a contar con sistemas de vigilancia profesional, cuya labor consiste en supervisar el baño de las personas y socorrerlas en caso de accidente, así como evitar también posibles actitudes de riesgo. Además, desde el 2004, las piscinas de nueva construcción están obligadas a disponer de sistemas de seguridad, tanto en comunidades como en recintos privados o residencias de temporada.

Pese a ello, muchos de los accidentes se producen en piscinas privadas; de hecho, los datos indican que 8 de cada 10 ahogamientos tienen lugar en estas instalaciones de uso familiar. Por tanto, como es lógico, también aquí se deben extremar las precauciones en materia de seguridad.

¿Qué medidas hay que tomar para que nuestra piscina sea segura?

Como ya hemos apuntado, el control y la vigilancia son indispensables para la seguridad de los más pequeños. Pero, además, hay que tener en cuenta otros aspectos. Aquí te hablamos de todos ellos:

  • Supervisión por parte de un adulto. Qué duda cabe de que los padres son los adultos responsables del pequeño, pero si no podemos estar en casa durante las horas del baño (no siempre podemos hacer coincidir nuestras vacaciones con las de los menores), hemos de delegar esta supervisión en un adulto responsable que vigile en todo momento al pequeño, ya sea el tío, los abuelos o la persona que hayamos contratado para cuidarlos durante las horas de trabajo. Aunque tengamos socorrista en la urbanización, siempre debe haber un adulto pendiente del niño en todo momento, por mucho que el niño sepa nadar. Por supuesto, si sabe manejarse en el agua no es necesario que estemos también dentro de la piscina, pero debemos estar allí para vigilarlo constantemente. Nada de entrar y salir de casa mientras atendemos una llamada, preparamos la comida o terminamos de recoger la casa; nada de cháchara con las vecinas. En un segundo el menor puede correr peligro y el desenlace puede ser fatal.
  • Cuarto de la depuradora. Es el espacio en el que se encuentran las instalaciones que hacen posible el baño en condiciones de salubridad e higiene adecuadas. Allí también están los productos químicos que empleamos para el mantenimiento de la piscina. Por tanto, es un lugar peligroso que debe permanecer cerrado para que no pueda acceder nadie sin permiso; mucho menos, un niño.
  • Exterior de la piscina. Muchas veces nos centramos en el agua, pero el exterior de la piscina también puede ser un espacio peligroso para los más pequeños. El pavimento que rodea la piscina tiene que ser antideslizante, pero eso no exime que tengamos que evitar que los niños corran por ahí, ya que un tropiezo o una caída pueden tener graves consecuencias.
  • Marcas. La piscina debe tener marcas que indiquen la profundidad y que, además, puedan verse desde fuera, especialmente si tiene diferentes.

¿Qué medidas de seguridad podemos instalar en la piscina?

En las tiendas especializadas podemos encontrar varios tipos de sistemas de seguridad para piscinas. Los expertos recomiendan usar varios de ellos para poder disfrutar del baño de manera segura y tranquila, sin riesgo para los menores de la casa. Los más importantes y efectivos son los siguientes:

Sistemas de alarma: podemos recurrir a sistemas de alarmas para el agua o sistemas perimetrales. Los primeros te avisan cuando alguien se ha caído al agua. Se conectan cuando esta está vacía. Suelen contar con microsenores de ondas que detectan cualquier movimiento que hace el agua como consecuencia de la inmersión de alguien o de algo en la piscina.

Los perimetrales, por su parte, saltan cuando se ha traspasado el límite establecido por el usuario, por ejemplo, el pavimento o la valla que rodea la piscina. Este último es muy útil si tenemos jardín, puesto que los pequeños podrán jugar fuera y los padres tendrán la tranquilidad de que, si un menor rebasa el límite, saltará la señal acústica. Funcionan con infrarrojos, que crean una barrera que se activa cuando se rebasa. Por ello, son muy efectivos.

Vallas: son los sistemas de seguridad tradicionales. Rodear la instalación con una valla es posiblemente la opción más elegida por la mayoría. Por ello, en el mercado podemos encontrar vallas para piscinas de distintos materiales para que podamos elegir la más adecuada a nuestro espacio.

Las vallas evitan el acceso a la piscina, pero hay que vigilar que el menor no sea capaz de subirse a ella y saltarla. Por eso, debemos ser previsores y elegir una altura que no pueda ser rebasada por los pequeños de la casa.

Estos sistemas son especialmente importantes en caso de tener en casa a un niño menor de 6 años. Si nos decantamos por este elemento de seguridad, no podemos olvidarnos de que la puerta de acceso debe poder cerrarse de manera segura para que los niños no puedan abrirla en un descuido de los padres. Podemos elegir un cerramiento manual o contar con un código electrónico que regule el acceso a la piscina.

Cubiertas y cerramientos: cubren la piscina y evitan que alguien caiga al agua. Estos sistemas tienen también función de aislamiento térmico de la piscina. Son muy útiles tanto por seguridad como limpieza.

En muchas casas este sistema se complementa con el anterior, ya que, además de proteger nuestras instalaciones durante los meses en los que no usamos la piscina, impide que los niños se caigan dentro del agua si estos consiguen rebasar la valla.

Detectores y reguladores automáticos: miden el nivel de agua de la piscina mediante una conexión eléctrica de bajo voltaje y avisan cuando este baja o sube.

Otros consejos para bañarse con seguridad

Las piscinas particulares no cuentan con el apoyo de un socorrista, por lo que recae en sus dueños dotar a estas instalaciones de la seguridad necesaria para que sus usuarios disfruten del baño con completa tranquilidad. Como ya hemos apuntado, la vigilancia de los padres es vital para evitar estos accidentes. Nunca se debe permitir que los menores se bañen en la piscina sin supervisión de un adulto, que debe estar atento a ellos en todo momento, a pesar de que estos usen elementos que le ayudan a mantenerse a flote, como flotadores, churros o manguitos. El empleo de estos hinchables debe estar controlado siempre, puesto que la caída del mismo o una vuelta puede tener tristes consecuencias para el menor.

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