¿Piscina blanca o negra?

El argumento que mayor discusión genera entre los clientes es el color del revestimiento. A pesar de que el agua es ligeramente azul, la tendencia es cambiar completamente la tonalidad de su aspecto.

El argumento que determina la elección del color en la afirmación de que el color del agua de la piscina está determinado por el cielo, pero no el del revestimiento, razón por la cual hay mayor libertad para seleccionar el tono que nos gusta.

El color del revestimiento enfatiza el color del área circundante, por ello es muy importante el efecto final. Es decisiva la armonía cromática entre todos los componentes presentes en el interior de la piscina: pasamanos, piedra para el bordillo, boquillas, desagües del fondo y cualquier accesorio inmerso en el agua.

Todos los accesorios contribuyen a destacar algunos detalles o mimetizarse completamente.

Combinando todos ellos se obtiene la máxima armonía. Entre el abanico de colores que existe, hay dos colores extremos: el blanco y el negro.

Blanco

El blanco es el color de la elegancia minimalista que en la piscina amplifica la percepción del espacio, estando particularmente indicado para piscinas de pequeñas dimensiones. En zonas muy soleadas, el blanco refleja los rayos del sol aumentando la luminosidad del entorno.

El revestimiento blanco resalta la pavimentación, la arquitectura y revaloriza todos los accesorios presentes en el interior de la piscina: la escalera, la zona de relax, los asientos y el fondo.

Con este color se camuflan perfectamente las incrustaciones de cal en las paredes de la piscina.

Una piscina blanca está recomendada en aquellas zonas que han sufrido una reparación, así como en el interior, ya que la suciedad se puede ver de manera más fácil en comparación con otro color.

Negro

El revestimiento negro, en apariencia contra natura, entra en simbiosis con el ambiente natural, reflejando el contexto en el que la piscina se haya inserta.

Con el color negro no percibimos los elementos internos de la piscina y la suciedad se camufla perfectamente.

Además del aspecto estético, la elección puede estar determinada por el ahorro energético: un tono oscuro atrae en gran medida los rayos solares y mantiene el agua a una temperatura aceptable, incluso en las estaciones intermedias, prologando el periodo en el que se puede disfrutar de la piscina.

Si se quiere obtener un efecto natural, especialmente en el paisaje, el negro es el color perfecto.

El revestimiento puede ser en PVC, con pintura epoxi o empleando mosaicos. En este último caso, se pueden alternar tonos de negro y blanco, con más o menos contraste, fundiendo las dos tonalidades para obtener una composición cromática de gran efecto.